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La injusticia en México "tiene el nombre de cada preso político", asegura Marcos
Publie le Sábado 11 de febrero de 2006 par Open-PublishingHay que acabar con esa imagen falsa de que en el país no está pasando nada, señala
por HERMANN BELLINGHAUSEN
Santa María Ixcotel, Oax., 8 de febrero. "Hay que ponerle nombre a la injusticia en México y el nombre es el de cada uno de ustedes", dijo hoy el subcomandante Marcos a los "presos políticos" oaxaqueños, cuando la otra campaña ingresó a uno de los penales más tristemente célebres del país, donde muchos hombres y mujeres han enfrentado y enfrentan el infierno de la reclusión por razones políticas. Especialmente si son indígenas, como los 16 reos que se reunieron con el delegado Zero.
Los indígenas de la región Loxicha son víctimas de una de las mayores ignominias judiciales del lapso zedillista-foxista. Agustín Luna Valencia, quien era presidente municipal por usos y costumbres de su pueblo cuando fue detenido con gran violencia, dijo: "la situación que estamos viviendo es difícil, pero seguiremos resistiendo hasta lograr nuestra libertad. Fuimos acusados por delitos del orden federal y una supuesta relación con el grupo armado EPR. Pero con certeza les digo que no pertenecemos a ningún grupo armado ni hemos participado en los actos que nos acusa el gobierno. Por ser pobres entre los más pobres es que nos han castigado. El delito que sí reconocemos es exigir a las autoridades mejor desarrollo en nuestras comunidades".
Aquí se puso de relieve la injusticia quintaesencial de sus casos. La más escandalosa sin duda es la de Juan Díaz Gómez, zoque, casi monolingüe de Villa de Acala, Chiapas, quien lleva una década aquí adentro sin motivo alguno. Sin traductor. Lo mismo podría estar preso en Africa. La misma extrañeza. El mismo absurdo total. Su desgracia: ir caminando por las calles de Huatulco (adonde llegó en busca de trabajo) en los días posteriores al ataque del EPR en ese centro turístico. La operación mental "indio-chiapaneco-culpable" bastó a las autoridades. Desde entonces, la defensa de los loxichas lo ha sumado a su grupo. Pero sigue preso.
Pedro Castillo Aragón, del Comité de Defensa Ciudadana del Istmo, acusado de delitos que no cometió, se sumó ya a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, y anunció que realizará actividades de resistencia y protesta en el contexto de la otra campaña: "no nos vamos a rendir, no nos vamos a doblar, así como nos enseñaron los compañeros zapatistas".
Isabel Almaraz Martínez, una joven loxicha, dijo: "tengo tres años ocho meses de estar presa aquí por delitos que no cometí. Mi papá también fue colaborador del municipio. El también fue detenido, torturado. Mi esposo es un perseguido político, y porque a él no lo detuvieron me detuvieron a mí".
Abraham Ramírez Vázquez, del Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas de la comunidad de Santiago Xanica y miembro de COMPA, manifestó: "Estamos en esta campaña como siempre hemos estado con los zapatistas, desde que salieron a la luz pública. Nuestro delito ha sido reclamar nuestros derechos, la autonomía de nuestros pueblos, la conservación de nuestra lengua y los recursos naturales. Compañeros zapatistas, así como ustedes han luchado, también nosotros vamos a levantar la voz y con la frente alta vamos a reclamar nuestros derechos".
Otro loxicha, Fortino Enríquez Hernández, dijo: "no hemos desmayado, no hemos bajado la cabeza. Desde este lugar hemos hecho huelgas, ruedas de prensa y lo posible para demostrarle al gobierno que somos inocentes. Nuestros hijos están abandonados por culpa del gobierno". Para confirmarlo, afuera del penal dos niños solitarios sostenían una cartulina ante los fotógrafos: "Queremos la libertad de nuestro papá".
Por lo demás, aún hay más de 70 órdenes de aprehensión pendientes y siguen las ejecuciones extrajudiciales. En los tres años recientes van más de 20 asesinatos en Loxichas, cometidos por los paramilitares que asuelan impunemente la región. Sólo en lo que va de este sexenio han detenido a 10 indígenas loxichas con expedientes prefabricados. Hay quienes llegan a tener cuatro expedientes.
Después de escucharlos, el subcomandante Marcos les dijo: "toda la gente que está presa por una manera de pensar que tiene que ver con la justicia es nuestro compañero. Ningún país se puede decir democrático y libre si tiene presos y presas por el delito de pensar diferente. De las historias que contaron está lleno el país. Ustedes son un ejemplo de dignidad. No vamos a dejarlos solos. Esa puerta se tiene que abrir. Tiene que salir la gente injustamente presa, y entrar los grandes políticos y empresarios que están cometiendo los crímenes. El crimen de destruir este país. Se nos hace grande el corazón con esa firmeza que escuchamos. Afuera hay gente que piensa igual que ustedes. Vamos a cambiar todo, también el sistema penitenciario".
Al salir del penal, Marcos se dirigió a unas 300 personas reunidas allí y anunció: "Vamos a llevar estos casos y otros a los tribunales internacionales, de tal forma que se acabe con esa imagen falsa de que en México no está pasando nada, y cada vez que un representante del gobierno mexicano se ponga de pie y pida la palabra en algún foro internacional, junto con él se levante la sombra de los presos políticos".