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Colombia la encrucijada de la democracia
Publie le Martes 1ro de febrero de 2005 par Open-PublishingEn carta abierta al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, nuestro partido Vanguardia Popular, denunció públicamente la intromisión de los agentes del DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE SEGURIDAD DE COLOMBIA-(DAS), en asuntos propiamente de nuestra política interna.
La denuncia se ha logrado corroborar más recientemente. Esto merece una acusación contra el Estado de Costa Rica, toda vez que la Oficina de Migración en la persona de Marcos Badilla, viola flagrantemente la neutralidad que debe tener este departamento y más bien en una posición servil, facilita información a dichos agentes del DAS de compañeros refugiados de Colombia en nuestro país.
En nuestra carta al señor Roberto Tovar Faja, en su calidad de Ministro, en el punto No.5 de nuestros considerando decíamos, más o menos lo siguiente:
Ustedes como gobierno han guardado un silencio cómplice con la política represiva del Gobierno Colombiano y además han permitido que se entrometan en los asuntos de nuestro país. Lo cual no solo pone en zozobra permanente a los refugiados que viven en nuestro país, sino que abona el terreno para que la policía secreta de Colombia actué con patente de corso, para que secuestren a opositores, tal como ocurrió en Venezuela.
Recordemos que el actual presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, declaró al inicio de su gobierno que los refugiados colombianos son “mulas que no aprenden a arriar”, y más maccartistas son aun las declaraciones del ministro de Defensa de ese país, Jorge Arturo Uribe, bajo el perverso y fascista manifiesto de que perseguirán a los miembros de la insurgencia estén donde estén, así fuera en el exterior o simplemente por el prurito de que “hablaran mal del gobierno”, lo cual a partir de esta macabra amenaza, se convierte en un delito cuyo resultado la historia reciente ya conoce, lleva irremediablemente al asesinato.
El secuestro de Rodrigo Granda, el 13 de diciembre de 2004, canciller de paz de las FARC en las relaciones internacionales, en el centro de Venezuela corrobora esta política temeraria del actual mandatario Uribe. Pero, como lo dijimos en los párrafos precedentes, lo más doloroso para nuestra vida democrática es la complicidad de algunas autoridades nacionales en estas prácticas propias de Hitler, Mussulini y Pinochet. La democracia dura de Colombia, no puede esconder los miles de cadáveres. Las aguas del Magdalena son fiel testigo de cómo se busca silenciar la oposición en ese país.
El secuestro de Granda no es solo un problema personal, por el contrario, este tipo de prácticas conlleva una serie de problemas para todos los y las revolucionarios(as), progresistas y luchadores populares de todo el mundo. Es absolutamente sabido de cómo, a lo largo de más de 15 años se ha buscado una salida negociada a la crisis interna de Colombia, pero la actitud servil de los distintos gobiernos lacayos (liberales y conservadores) han negado a la historia de nuestro hermano país la verdadera construcción de una democracia participativa.
El contenido de extraterritorialidad, puesto en práctica por la policía de Uribe Vélez, debe ponernos en autos. Contrariamente, la insurgencia colombiana ha reiterado su política de NO intervenir en territorio extranjero. No se conoce hasta la fecha, ninguna acción militar fuera de las fronteras colombianas. Por eso la amenaza de extender la extraterritorialidad a los países en donde se conoce de la existencia de algunos refugiados, debe llamarnos a todos la atención, pues estaríamos dando paso para que los agentes de la DAS en contubernio con la autoridades nacionales, brinden información confidencial de los que gozan bajo nuestro territorio de su condición de refugiados.
Todo lo anterior debemos tenerlo presente, ya que, muy recientemente se dio a la luz pública la reactivación de una segunda OPERACIÓN CONDOR. Lógicamente el gobierno bushiano, vuelve a la escoria histórica de los dictadorzuelos, pero ahora enmascarados bajo aparente procesos democráticos.
Un dato para ilustrar lo que venimos señalando indica que:
“se cuentan por millares los colombianos que han hecho uso del refugio contemplado en la Convención de Ginebra de 1951 y su Protocolo de 1967. Centroamérica, Norte, Sur América, Las Europas y hasta Australia han sido los lugares escogidos por perseguidos políticos del régimen oligárquico colombiano y así poder salvar sus vidas.”.
Lo que nos interesa es rescatar el beneficio del refugio. Por eso, vehementemente denunciamos y exigimos al gobierno de Costa Rica que respete el carácter neutral que debe asistir a la oficina de Migración, solicitamos también a las instancias correspondientes una investigación a las prácticas de dicha institución y apelamos a los organismos de Derechos Humanos una actitud vigilante en la protección de los derechos que cobijan a los refugiados en nuestro país. No permitamos el pisoteo a nuestro orden institucional y constitucional, tampoco seamos cómplices silenciosos de la ruptura del orden jurídico internacional. Dichosamente los inquilinos de las casas presidenciales no son eternos y su prepotencia no puede quedar impune.